Pocos días
antes de la manifestación del pasado 27
de octubre, un conocido perteneciente a un grupo que se autodenomina de
izquierdas,me invitó a que me uniera a ellos en un punto determinado de
Barcelona.Desistí de ello y le envié el mensaje
siguiente:
“ Apreciado … : Un nacionalismo no se combate con otro
nacionalismo. Un nacionalismo se combate,o debería ,a través de una
organización de clase.Una organización
de izquierda izquierda ,como yo la
denomino, que haga pensar a la gente
.Que denuncie el entramado de lo que pretende el nacionalismo catalán,pero
también el nacionalismo español. Y que proponga medidas concretas a los trabajadores y no ensoñaciones o puras
abstracciones.No hemos aprendido nada después de más de cuarenta años.Hoy los
trabajadores están mucho peor que en 1978.La pobreza,la desigualdad,la falta de
futuro, se extiende y extiende…,y muchos de manifestaciones.
Entiendo
perfectamente la angustia y la desazón de mucha gente,por la actual
situación.Se acercan tiempos difíciles,bastante malos.Se puede llegar a
reproducir lo que pasó en el País Vasco.Pero,sigo diciendo: ese no es el mejor método”
Hay mucha
gente que cuando se habla de nacionalismo español,se queda perplejo,no saben a
qué se refieren y la reacción más común
es decir ,que eso no existe porque nunca se ha notado.Es exactamente lo mismo que el nacionalismo catalán,tampoco se ha
notado y,sin embargo ahí está. Y no se “ha notado” porque la burguesía
española,parte de la cual también era catalana,fueron penetrando en la sociedad a través de todas las herramientas a
su alcance -fundamentalmente la
educación- junto con los medios de
comunicación y toda la industria cultural, las
ideas y valores que defendían los ganadores de la guerra civil.Y claro
está, todo ello,después de más de cuarenta años
parecía normal,era natural.Igual que el nacionalismo catalán,que durante
toda la época de Pujol,hizo exactamente lo mismo.
Uno de
los grandes logros del nacionalismo (un instrumento para llegar al poder y
mantenerse),ideado por la derecha y apoyado en gran medida por parte de la izquierda que se autodenomina comunista,stalinista sería lo más correcto; es hacer lo mismo que el sistema capitalista: que las cosas no se
“noten”,que todo parezca natural y no inducido.Y por tanto que nadie se
pregunte si el sistema podría cambiarse y así seguir con el statu quo: mientras una minoría manda,una mayoría
obedece.
Juan
Diego Hernández Valero.
Abogado
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