martes, 24 de noviembre de 2015

NO INTERESA QUE LA JUSTICIA FUNCIONE:



     
Ni al legislador (versus los partidos políticos) ni a gran parte de la estructura judicial  les interesa que la Justicia funcione…,de otra manera.

Publicado en Kaos en la Red el 25-11-2011

Cuando se habla de la reforma, cambio o cualquier otra cosa en referencia a la Justicia, casi siempre se expresan las mismas ideas.Tan sólo es cuestión de echar un vistazo a las hemerotecas. Los defectos inherentes -a decir de muchos-  son los de siempre: Falta de personal, falta de jueces, falta de medios materiales, una mala organización, etc. etc. etc. Pero nunca ó casi nunca, salen a la palestra dos de los elementos ,que a mi entender son fundamentales: LA RESPONSABILIDAD DEL LEGISLADOR Y LA FORMACIÓN DE LOS JUECES. Uno y otro, tanto monta monta tanto, son los verdaderos responsables de que la Administración de Justicia, aparezca casi siempre, en la cola de las preferencias del ciudadano.

Es obvio que en estricto sentido , el aparato de la Justicia  existe porque al poder político (los que gobiernan) le interesa que exista. Le interesa que los conflictos ó gran parte de los conflictos que se producen en la sociedad se solventen a través de estos cauces que no por el uso de la fuerza, sea ésta física ó económica. Aunque habría mucho que hablar del asunto.

No obstante y siguiendo el hilo de lo que antecede, ¿Hasta dónde  está dispuesto a llegar el poder político para que la justicia funcione? En España, los treinta años de democracia – meramente formal- nos demuestran que lo único que interesa es que la justicia funcione a medio gas. Que no sea realmente independiente ni haga justicia. Al legislador no le ha interesado –por mucho que se llenen la boca de buenos argumentos- que la justicia funcione verdaderamente. Para muestra un botón: En treinta años no han sido capáces de hacer que los titulares de los Organos Judiciales,entren a una hora determinada a su lugar de trabajo,ni por supuesto, deban fichar como cualquier otro funcionario.Cada uno entra y sale cuando quiere. Da igual que haya  señalamientos a una hora determinada.Las partes sí deben estar a esa hora,pero el titular vendrá cuando quiera.No importa que los ciudadanos esperen y esperen como si no tuvieran otra cosa que hacer…

 En los primeros años de la democracia,el legislador del momento (PSOE) o como creo que realmente deberíamos llamarle: la nueva derecha,se encargó de dejarlo claro. Había que asaltar los puestos importantes de la Judicatura. Y empezó “comprando” las poltronas del poder judicial. De la noche a la mañana era mucho más “democrático”  que el  Parlamento se encargara de elegir a los integrantes del Consejo General del Poder Judicial. El tiempo se ha encargado de demostrar que lo único que interesaba era tener el poder para decidir  sobre los nombramientos y todo lo que ello suponía.  Todos se apuntaron a la moda. Una vez la derecha de siempre (PP)  subió al poder, hicieron lo mismo. Quizás porque sabían que más tarde o más temprano, iban a echar mano de los Jueces amigos. La Justicia era independiente cuando los “Jueces amigos” fallaban a favor,pero no lo era tanto si lo hacían en contra.

Pero no es ese extremo el que por sí solo avala que la justicia no funcione. Lo cierto es que ni el legislador, es decir, los Diputados y Senadores de la cámara legislativa española, o sea, los integrantes de los partidos políticos, hubieran querido realmente que la justicia funcionase hubieran puesto los medios para ello.O lo que es lo mismo,si  hubieran tenido voluntad política en hacer que la cosa marchase meridianamente bien, treinta años dan para muchas cosas. Pero la realidad demuestra que lo único que han hecho ha sido poner parche tras parche, sin voluntad clara y resuelta de que funcione.

Claro que, cómo se va a cambiar la justicia, cuando las leyes que salen del Parlamento ni ellos las entienden. Cómo van a salir leyes claras, si gran parte de los componentes de la cámara legislativa no saben hacer la ó con un canuto, como se diría vulgarmente. Es obvio que ni la gramática, ni la redacción son sus libros de cabecera  -si es que tienen alguno- de muchos de nuestros políticos. Si no se sabe redactar,cómo se van a hacer leyes más o menos decentes. Más, cuando muchas de ellas, por no decir todas, son producto de la improvisación. Lo que es justo en un momento, minutos después con el chalaneo y demás pasa a ser injusto en su plasmación en la norma jurídica. 

No interesa al legislador, que la justicia funcione, porque si funcionara, serían ellos y lo que representan, los primeros en ser los “agraciados” de una defensa férrea de los ciudadanos ante el poder omnímodo del Estado y nos encontramos una y otra vez,con que los derechos de los ciudadanos frente a los poderes del Estado, son cada vez menores.Baste decir ,para poner un par de ejemplos sangrantes,que en las últimas disposiciones aprobadas en los dos últimos meses antes de las elecciones generales del 20-N,los Parlamentarios han restringido el derecho de recurrir ante el Supremo ,sólo para pleitos con cuantía estratosféricas, beneficiando  -en consecuencia- sólo a los más ricos. Podríamos añadir también que ahora y no antes, litigar contra cualquier Administración Pública puede acarrear que tengas que pagar costas,cuando lo “normal” es que las Administraciones Públicas se hagan el ronso en la defensa de los derechos de los ciudadanos.Y si no que se lo pregunten a Hacienda.Administración que lo único que sirve es para recaudar de manera desbocada y siempre contra los mismos-Nunca contra los poderosos. ¡Lo importante no es hacer Justicia,lo importante es quitarles carga de trabajo a los Organos Judiciales  y de paso, asustar al personal para que no litigue!

Aún así, y sabiendo todo esto, hay algo que es casi más primordial: la capacidad y formación de las personas, hombres y mujeres, que juzgan cada día en nuestros tribunales. Si aún los Jueces tuvieran la formación adecuada, la Justicia seguramente se salvaría. Pero desgraciadamente no es así. Este es un elemento que casi nadie toca, o lo hace muy de  pasada. Cuando es el nudo gordiano de todo este asunto. Estamos hartos de oír y sentir que un juez se retrata cuando dicta una Sentencia. Ahí es donde se pone a prueba la calidad de lo qué sabe y de lo qué es. Y puedo atestiguar que es realmente lamentable. No se tiene en cuenta que un Juez es una persona con un poder omnímodo. Alguien que juega con tu vida y tu patrimonio y  te los puede destrozar de un plumazo en segundos .Y que su responsabilidad prácticamente acaba ahí,pues no es creible que una vez se inicia un proceso de responsabilidad contra cualquier Organo Judicial ,sean sus propios compañeros los que decidan sobre el particular y no tengan cabida los ciudadanos en dirimir esa responsabilidad. 

Al legislador ya le está bien que la elección de los Jueces se haga mediante oposición. O lo que es lo mismo, mediante pruebas que lo único que demuestran es la capacidad memorística de los que las superan. Ya le está bien que sean “empollones” los que salen triunfantes, después de pasarse varios años preparándolas y alejados de la realidad social. Realidad que luego ellos tendrán que juzgar. No se han dado, o no se han querido dar cuenta, de que ese proceso de selección no sirve. No es el más idóneo. Para ser Juez no basta “empollar”, hay que tener capacidad de reflexión, capacidad de razonar y de redactar. Hay que tener desarrollado en límites superiores los valores de responsabilidad y humildad. Cómo  puede ser juez, quién entra a trabajar a la hora que le da la gana, o suspende su actividad a media mañana, para ir a tomar un café cuando el ciudadano está esperando para que se le haga justicia.Cómo  puede ser juez, quién no está ni treinta horas a la semana en su Juzgado. Aunque como dicen algunos: “es que se llevan trabajo a casa…”. 

Los Jueces deberían ser Abogados que hubieran superado los  -al menos- veinticinco años de ejercicio profesional,pues quien aguanta todo ese tiempo es raro que sea un mal profesional,aunque como siempre toda regla tiene su excepción.La experiencia que se acumula en tantos años se pierde irremisiblemente.Pues ya lo dice el refrán: mas sabe el diablo por viejo que no por diablo.Es sencillamente absurdo,como se hace en la actualidad con el llamado cuarto turno,que se pueda ser juez con tan sólo cinco años de ejercicio profesional.Así nos va.

Pero no por sí sólo el tiempo de ejercicio profesional debería ser un elemento importante para ingresar en la Carrera Judicial. Debería ir acompañado de los pertinentes exámenes psicotécnicos que demostráran,como hemos dicho antes,que al menos junto con otros,  los valores de  responsabilidad y humildad se encuentran en cada aspirante.Y además ,saber que el puesto no es para toda la vida.Que cada x años,tres o cinco a lo sumo,se podría poner en cuestión la labor de cada Juez,y darle de baja si realmente no cumple correctamente con su cometido.La Justicia ganaría muy mucho.Pero no conviene.¿Cómo va a convenir a los poderes públicos que los Orgános Judiciales sean realmente independientes y tengan criterio? Y sobre todo,tengan experiencia y lo que ello representa.Es mejor seguir con la misma historia.

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